Era sábado a la noche y necesitaba que esa noche sea especial, Santino era mi cómplice.
Los dos nos vestimos de jean y camisa blanca.
Revisé que en mi bolsillo estuviera lo necesario y busqué una mochila para dejar nuestro calzado allí.
Dejé en nuestra habitación un vestido blanco que había comprado para Pau y salí con Santi hasta la playa.
-
Cuando salí de bañarme me extrañó no encontrar a nadie. Me acerqué a la habitación y vi un vestido sobre la cama.
“Te estamos esperando los dos en la playa.”
Sonreí y terminé de secar mi cuerpo, me puse aquel vestido y me miré al espejo. Definitivamente Pedro me conocía, la simpleza de esa prenda lo dejaba en evidencia.
“¿Qué es todo esto mi amor?”
“¡Vos veni a la playa!”
Yo reí, dejé el celular en la cama y salí de mi casa para dirigirme a la playa.
Cuando me acerqué a ellos, Santi corrió hacia mí y lo alcé.
- ¿Qué es todo esto hijo?
- ¡Sorpresa!
Yo reí y me acerqué a Pedro.
- Están muy lindos. –Dije y le dí un beso a Pedro, luego besé la cabeza de mi hijo.-
Santi se bajó de mis brazos y me sacó las zapatillas, yo reí y lo ayudé. Las guardó dentro de una mochila y se quedó a nuestro lado.
- ¿Me podes decir que es todo esto mi amor? –Le pregunté a Pedro.-
Pedro lo alzó a Santi, trabándolo en su cintura y tomó mi mano. Yo lo miraba expectante.
- Vinimos a la playa porque creo que es un lugar especial para nosotros… -Y lo notaba nervioso. Besé su mano.- Y porque quiero decirte algo importante.
- ¡Muy importante! –Dijo Santi y reímos.-
- Te escucho mi amor… -Dije acariciando su mano con mis dedos.-
Pedro tomó aire y besó mi mano.
- Bueno… -Suspiró.-
- ¡Dale papi!
Nosotros reímos y le dimos un beso en cada mejilla a nuestro hijo.
- ¿Me dejas hablar? –Le preguntó a Santi.-
- Sí pa.
Pedro sonrió y volvió a mirarme.
- Yo sé que para nosotros los títulos no son importantes, nunca nos fijamos en eso. –Yo negué con mi cabeza.- Pero, hoy siento que somos una familia…
-Sonreí.- Lo somos.
- Bueno, por eso… -Y presionó mi mano.-
- ¿Qué amor?
Soltó mi mano y buscó algo dentro de su bolsillo.
- Quiero que nos comprometamos… Con nuestro hijo y el mar como testigos.
Yo sonreí, con lágrimas en los ojos. Pedro bajó a Santi y tomó mi mano entre las suyas.
- ¿Queres?
- Obvio que quiero mi amor.
Nos dimos un beso corto y Pedro quitó mi anillo viejo (el que me había regalado el día que le conté de Santi) y puso el anillo nuevo en mi dedo.
- Necesitaba que sea como lo había imaginado… Ese anillo podes guardarlo igual.
Yo reí y lo puse en mi dedo mayor.
- ¿Así? –Sonreí.-
- Sí. –Sonrió.-
- Me encanta mi amor. –Lo tomé por el cuello y lo besé.- Te amo con todo mi alma.
- Te amo Rastita loca.
-Rio.- Sos el hombre de mi vida y estoy segura de eso.
- Juro que esperarte fue la mejor decisión que tomé en toda mi vida.
Sonreímos y nos besamos, él me levantó del suelo e intensificamos aquel beso.
Santi nos miraba con una sonrisa.
Pedro se separó un poco de mí y secó mis lágrimas.
- No llores. –Yo reí.-
- ¡Mamá!
- ¿Qué mi amor? –Lo miré.-
- Upa.
Yo sonreí y lo alcé.
- Papá tiene otra sorpresa. –Me dijo.-
- ¿Sí? –Le pregunté.-
- Sí papi, dale.
Pedro rio y nos abrazó a los dos por el cuello, nos dio un beso a cada uno y volvió a meter su mano en el bolsillo.
- Pensé en algo que tengamos los tres… -Dijo.- Y como nosotros todavía tenemos nuestras pulseritas. –Sonreí.- Pensé en que tengamos una cada una, los tres.
Y sacó tres pulseritas de su bolsillo.
- De tanto mirarte, aprendí.
-Reí.- ¿Las hiciste vos?
- Sí… ¿Están muy feas?
-Sonreí.- Estás perfectas.
Pedro y Santi me pusieron la pulsera a mí. Santi y yo a Pedro. Pedro y yo a Santi.
Unimos nuestras manos y nos sonreímos.
Santi y Pedro se tiraron sobre mí y me hicieron caer en la arena. Santi quedó sobre mí y Pedro a mi lado, ambos me llenaban de besos.
- Sos la mejor del mundo mamá. –Dijo Santi.-
- Este pequeño me ayudó mucho con todo esto. –Dijo tomando mi mano.- Quiero que nunca dudes de que te amamos con locura.
-Sonreí.- Los amo tanto, a los dos. –Los abracé contra mí.- Gracias por hacerme sentir una mujer tan plena.
- Te amo mamá.
- Te amo mi amor, mucho más de lo que crees. –Y lo abracé con mucha fuerza.- Gracias por regalarme la oportunidad de ser mamá.
Pedro me miró sonriendo y yo el devolví la sonrisa.
- Te amo. –Dijo modulando sus labios.-
- Te amo y gracias. –Le dije de la misma manera y nos besamos.-
Después de quedarnos un ratito allí, mimándonos… Nos levantamos y volvimos a la casa, solo porque hacía frío.
- ¿Puedo dormir con ustedes mami?
- Sí, podes. –Santi sonrió y besó mi mejilla.-
Los tres nos cambiamos para dormir y nos metimos en nuestra cama.
Santi estaba en medio nuestro y tomaba nuestras manos.
- Son los mejores papás del mundo.
Con Pedro nos miramos sonriendo y besamos su frente.
- Y vos el hijo más hermoso del universo. –Le dije.-
- Te amamos Santi. –Agregó Pedro.-
- Y yo a ustedes.
-Besé su cabeza.- Descansa mi amor.
- Hasta mañana hijo.
Lo mimamos hasta que se quedó dormido y yo apoyé mi cabeza en la almohada, mirándolo. Pedro acarició mi mejilla.
- ¿En qué pensas?
- ¿Tanto se nota mi cara de pensativa?
-Rio.- Sí…
- Pensaba en que… -Suspiré.- No entiendo cómo viví tanto tiempo pensando que esto no era para mí. –Besé la mano de Pedro.- Te juro que siempre que estoy con ustedes soy muy feliz y no lo cambiaría por nada. Son todo lo que necesito.
-Se levantó y besó mi mejilla.- Te amo y amo que hayamos podido cambiar esa cabecita loca y llena de rastas.
-Sonreí y lo besé.- Gracias por bancarme, de verdad.
- No te digo que fue un placer… -Reímos.- Pero, esto que estamos viviendo ahora no lo cambio por nada. –Me besó.- Te amo y los amo, para siempre.
- Te amo. –Lo besé.- Amo que seas mi hombre y que me hayas regalado a esta belleza. Los amo para siempre.
Sonreímos y nos besamos. Volvimos a acostarnos, dejando a Santi en el medio y posamos nuestras manos en su espalda.
- Hasta mañana mi amor… -Dijo acariciando mi mano.-
-Sonreí.- Hasta mañana amor.
Besamos las mejillas de Santi y cerramos nuestros ojos.
Los dos nos vestimos de jean y camisa blanca.
Revisé que en mi bolsillo estuviera lo necesario y busqué una mochila para dejar nuestro calzado allí.
Dejé en nuestra habitación un vestido blanco que había comprado para Pau y salí con Santi hasta la playa.
-
Cuando salí de bañarme me extrañó no encontrar a nadie. Me acerqué a la habitación y vi un vestido sobre la cama.
“Te estamos esperando los dos en la playa.”
Sonreí y terminé de secar mi cuerpo, me puse aquel vestido y me miré al espejo. Definitivamente Pedro me conocía, la simpleza de esa prenda lo dejaba en evidencia.
“¿Qué es todo esto mi amor?”
“¡Vos veni a la playa!”
Yo reí, dejé el celular en la cama y salí de mi casa para dirigirme a la playa.
Cuando me acerqué a ellos, Santi corrió hacia mí y lo alcé.
- ¿Qué es todo esto hijo?
- ¡Sorpresa!
Yo reí y me acerqué a Pedro.
- Están muy lindos. –Dije y le dí un beso a Pedro, luego besé la cabeza de mi hijo.-
Santi se bajó de mis brazos y me sacó las zapatillas, yo reí y lo ayudé. Las guardó dentro de una mochila y se quedó a nuestro lado.
- ¿Me podes decir que es todo esto mi amor? –Le pregunté a Pedro.-
Pedro lo alzó a Santi, trabándolo en su cintura y tomó mi mano. Yo lo miraba expectante.
- Vinimos a la playa porque creo que es un lugar especial para nosotros… -Y lo notaba nervioso. Besé su mano.- Y porque quiero decirte algo importante.
- ¡Muy importante! –Dijo Santi y reímos.-
- Te escucho mi amor… -Dije acariciando su mano con mis dedos.-
Pedro tomó aire y besó mi mano.
- Bueno… -Suspiró.-
- ¡Dale papi!
Nosotros reímos y le dimos un beso en cada mejilla a nuestro hijo.
- ¿Me dejas hablar? –Le preguntó a Santi.-
- Sí pa.
Pedro sonrió y volvió a mirarme.
- Yo sé que para nosotros los títulos no son importantes, nunca nos fijamos en eso. –Yo negué con mi cabeza.- Pero, hoy siento que somos una familia…
-Sonreí.- Lo somos.
- Bueno, por eso… -Y presionó mi mano.-
- ¿Qué amor?
Soltó mi mano y buscó algo dentro de su bolsillo.
- Quiero que nos comprometamos… Con nuestro hijo y el mar como testigos.
Yo sonreí, con lágrimas en los ojos. Pedro bajó a Santi y tomó mi mano entre las suyas.
- ¿Queres?
- Obvio que quiero mi amor.
Nos dimos un beso corto y Pedro quitó mi anillo viejo (el que me había regalado el día que le conté de Santi) y puso el anillo nuevo en mi dedo.
- Necesitaba que sea como lo había imaginado… Ese anillo podes guardarlo igual.
Yo reí y lo puse en mi dedo mayor.
- ¿Así? –Sonreí.-
- Sí. –Sonrió.-
- Me encanta mi amor. –Lo tomé por el cuello y lo besé.- Te amo con todo mi alma.
- Te amo Rastita loca.
-Rio.- Sos el hombre de mi vida y estoy segura de eso.
- Juro que esperarte fue la mejor decisión que tomé en toda mi vida.
Sonreímos y nos besamos, él me levantó del suelo e intensificamos aquel beso.
Santi nos miraba con una sonrisa.
Pedro se separó un poco de mí y secó mis lágrimas.
- No llores. –Yo reí.-
- ¡Mamá!
- ¿Qué mi amor? –Lo miré.-
- Upa.
Yo sonreí y lo alcé.
- Papá tiene otra sorpresa. –Me dijo.-
- ¿Sí? –Le pregunté.-
- Sí papi, dale.
Pedro rio y nos abrazó a los dos por el cuello, nos dio un beso a cada uno y volvió a meter su mano en el bolsillo.
- Pensé en algo que tengamos los tres… -Dijo.- Y como nosotros todavía tenemos nuestras pulseritas. –Sonreí.- Pensé en que tengamos una cada una, los tres.
Y sacó tres pulseritas de su bolsillo.
- De tanto mirarte, aprendí.
-Reí.- ¿Las hiciste vos?
- Sí… ¿Están muy feas?
-Sonreí.- Estás perfectas.
Pedro y Santi me pusieron la pulsera a mí. Santi y yo a Pedro. Pedro y yo a Santi.
Unimos nuestras manos y nos sonreímos.
Santi y Pedro se tiraron sobre mí y me hicieron caer en la arena. Santi quedó sobre mí y Pedro a mi lado, ambos me llenaban de besos.
- Sos la mejor del mundo mamá. –Dijo Santi.-
- Este pequeño me ayudó mucho con todo esto. –Dijo tomando mi mano.- Quiero que nunca dudes de que te amamos con locura.
-Sonreí.- Los amo tanto, a los dos. –Los abracé contra mí.- Gracias por hacerme sentir una mujer tan plena.
- Te amo mamá.
- Te amo mi amor, mucho más de lo que crees. –Y lo abracé con mucha fuerza.- Gracias por regalarme la oportunidad de ser mamá.
Pedro me miró sonriendo y yo el devolví la sonrisa.
- Te amo. –Dijo modulando sus labios.-
- Te amo y gracias. –Le dije de la misma manera y nos besamos.-
Después de quedarnos un ratito allí, mimándonos… Nos levantamos y volvimos a la casa, solo porque hacía frío.
- ¿Puedo dormir con ustedes mami?
- Sí, podes. –Santi sonrió y besó mi mejilla.-
Los tres nos cambiamos para dormir y nos metimos en nuestra cama.
Santi estaba en medio nuestro y tomaba nuestras manos.
- Son los mejores papás del mundo.
Con Pedro nos miramos sonriendo y besamos su frente.
- Y vos el hijo más hermoso del universo. –Le dije.-
- Te amamos Santi. –Agregó Pedro.-
- Y yo a ustedes.
-Besé su cabeza.- Descansa mi amor.
- Hasta mañana hijo.
Lo mimamos hasta que se quedó dormido y yo apoyé mi cabeza en la almohada, mirándolo. Pedro acarició mi mejilla.
- ¿En qué pensas?
- ¿Tanto se nota mi cara de pensativa?
-Rio.- Sí…
- Pensaba en que… -Suspiré.- No entiendo cómo viví tanto tiempo pensando que esto no era para mí. –Besé la mano de Pedro.- Te juro que siempre que estoy con ustedes soy muy feliz y no lo cambiaría por nada. Son todo lo que necesito.
-Se levantó y besó mi mejilla.- Te amo y amo que hayamos podido cambiar esa cabecita loca y llena de rastas.
-Sonreí y lo besé.- Gracias por bancarme, de verdad.
- No te digo que fue un placer… -Reímos.- Pero, esto que estamos viviendo ahora no lo cambio por nada. –Me besó.- Te amo y los amo, para siempre.
- Te amo. –Lo besé.- Amo que seas mi hombre y que me hayas regalado a esta belleza. Los amo para siempre.
Sonreímos y nos besamos. Volvimos a acostarnos, dejando a Santi en el medio y posamos nuestras manos en su espalda.
- Hasta mañana mi amor… -Dijo acariciando mi mano.-
-Sonreí.- Hasta mañana amor.
Besamos las mejillas de Santi y cerramos nuestros ojos.
« Descubrí que se puede ser libre estando rodeada de amor.
Se puede ser libre amando y teniendo responsabilidades tan lindas como lo es una familia.
Se puede sentir la libertad estando rodeada de gente y sintiéndose protegida.
Soy libre cuando los tengo a mi lado. »
Se puede ser libre amando y teniendo responsabilidades tan lindas como lo es una familia.
Se puede sentir la libertad estando rodeada de gente y sintiéndose protegida.
Soy libre cuando los tengo a mi lado. »
-
Y... ¡Fin!
Novela corta (muy corta), pero es con una de las que más conforme estoy. Espero que les haya gustado tanto la historia como el final. Por favor, SI LEYERON DEJENME ALGÚN COMENTARIO, todo mientras sea con respeto, va a ser bien recibido. Es lindo recibir una devolución del otro lado. ;)
A partir de ahora por diversas cuestiones, decidí quedarme solo con el blog de cortos {minifanficspyp.blogspot.com.ar/} al menos por unos meses. Yo necesito un descanso del hecho de subir todos los días y estar siempre pendiente de esto, y en cierto punto creo que ustedes también merecen un descanso de mí. Además, sinceramente, necesito dedicarle más tiempo a la universidad y tengo mil bardos personales, por lo tanto casi ni escribo últimamente. Necesito ocuparme más de mí y no tanto de lo que el resto espera de mí, no sé si se entiende, pero necesito hacerlo.
Si quieren seguir leyéndome al menos por estos meses, voy a estar en ese blog.
Si quieren recibir los links de lo que suba ahí, solo tienen que avisarme por acá dejándome su user o mencionándome en twitter y diciéndome que así lo quieren.
Sin más que decir, me retiro. Gracias por el aguante y a todos los que leyeron, siguieron y comentaron esta historia. ♥